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Pedro Del Nido, uno de los líderes mundiales de la cirugía cardiaca nos muestra su lado más humano.

Hace unos meses, el Dr. Del Nido estuvo en el Congreso Nacional de Cirugía Cardiovascular en Murcia y su presencia y su sabiduría impactaron a los asistentes. Aquí os mostramos una entrevista para la BBC donde nos habla de su historia más personal.

Una de sus innovaciones es la reconstrucción de la válvula entre la aurícula y el ventrículo izquierdo, la válvula mitral…

Las técnicas para reparar la válvula mitral se desarrollaron en adultos. Hay cirujanos muy famosos en Francia que desarrollaron esas técnicas, pero nadie había descubierto la forma de aplicar esas técnicas en niños pequeños.

Y también tenemos que tomar en cuenta que los niños están creciendo y que si le ponemos una prótesis que no crece con el niño le va a quedar chica. Lo que tuvimos que hacer es adaptar esas técnicas que ya están comprobadas en los adultos a los niños.

La válvula se puede sustituir con una válvula que se expande, pero también hay formas de reconstruir la válvula propia del niño, porque esa válvula es de ellos y va a seguir creciendo.

Tenemos que tomar cada caso como si fuera el primero y pensar qué es lo que es lo mejor para ese niño a largo plazo, buscar que tenga una vida normal.

Ya tenemos técnicas para ayudar a la mayoría y eso nos da el empeño para seguir buscando mejores maneras de ayudar a aquellos niños para los que por ahora no tenemos soluciones.

Buscar mejores soluciones es lo que me ha obligado a aprender, a observar a otros cirujanos, a practicar. No hay atajos en esto.

Su padre fue cirujano. ¿Esto influyó en su decisión de dedicarse a la cirugía?

Yo soy una persona que necesito resultados inmediatos. Quiero ver los resultados de mis esfuerzos inmediatamente y la cirugía es la única práctica de medicina en que uno ve inmediatamente los resultados.

Por eso yo no puedo hacer otra cosa. Es lo que quiero hacer y me da gran satisfacción.

Usted relató en el pasado cómo llegó a Winsconsin, Estados Unidos, sin saber inglés. Y su mamá «lo lanzó de lleno» inscribiéndolo en un colegio. ¿Podría contarnos cómo lo influenció su madre?

Mi padre falleció cuando yo estaba pequeño. Así que fue mi madre, Teresa Olivarrés, la que nos crió.

Veníamos de Chile y ella fue a estudiar a Francia para sacar su doctorado. Estamos hablando del año 64, cuando no había mujeres en ciencia y ella era la excepción, porque era veterinaria y se había sacado su doctorado en microbiología. Era la única mujer en ese campo.

Mi madre siempre ha sido un gran ejemplo para mí, una persona que nunca ha dejado que las tradiciones impidan el avance, y eso para mi fue un ejemplo enorme, ver cómo pensaba y se comportaba.

¿Podría darnos algún ejemplo de esa forma de su madre de enfrentar la vida que lo marcó?

A ella no le daban miedo los desafíos. Siempre enfrentaba los problemas y los obstáculos de forma que tenía fe en si misma, en que podía encontrar una manera de superar cualquier problema.

Ella en ese sentido tenía tanta fe en su capacidad que no había desafío que ella no tratara de superar y eso es un ejemplo que ayuda mucho a los niños.

Luego su madre fue a estudiar a Estados Unidos…

Sí, yo tenia 10 años cuando fuimos a Wisconsin con mi madre y mi hermana.

Fue un proceso de inmersión. A mi no me gustaba mucho la escuela, especialmente la highschool o secundaria. Mi madre después de completar sus estudios quedó enseñando en la universidad y eso me daba la oportunidad para irme a sentar y escuchar clases allí.

Empecé a hacer eso y me di cuenta de que había acumulado créditos en la universidad, entonces fui al decano y le dije ‘yo quiero entrar a la universidad’.

Al principio no querían dejarme porque yo tenia 15 años, pero por suerte el decano me dijo ‘bueno, te vamos a dar la oportunidad por un año y si te va mal tienes que regresar a la escuela’.

Me fue muy bien y ya a los 18 años me había graduado y entré a la escuela de medicina.

¿Cuál sería su mensaje a hijos de inmigrantes en el actual clima de restricciones del gobierno de Donald Trump?

La situación ha cambiado muchísimo, pero la verdad es que todavía yo creo que Estados Unidos es uno de los pocos lugares donde una persona que tiene la esperanza y no tiene miedo a enfrentar problemas complicados tiene la oportunidad de avanzar.

Claro que es sacrificada la cosa, pero si una persona se dedica tiene la oportunidad de avanzar. Y eso yo creo que es indispensable, si uno pierde la lucha antes de empezar la pelea no va a ganar nada.

¿Cómo se prepara usted para enfrentar casos tan complejos?

Cada caso es individual. Cada niño tiene su vida, una familia que esta preocupada por él.

Usted encara enormes desafíos constantemente. ¿Cuál sería su mensaje final?

Uno tiene que enfrentar la vida como la encuentra, pero nunca se puede perder la fe en uno mismo. Claro que hay problemas y a veces no se ve solución obvia.

Pero uno tiene que seguir trabajando, porque a través de ese trabajo, a través de ese esfuerzo, muchas veces uno puede lograr mucho más de lo que hubiera logrado si no hubiera hecho nada.

Para mí esa es la filosofía de la vida.

Fuente: BBC News

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