Actividad

Home   /   Actividad

Actividad de la Cirugía Cardiovascular

DOCUMENTO DE CONSENSO

Introducción

Los datos del registro de actividad de la SECTCV muestran que la actividad quirúrgica en España se ha mantenido relativamente estable, desde el año 2001 hasta el año 2009, con una cifra aproximada de procedimientos mayores superior a 18.000 casos anuales4,5. La falta de crecimiento es atribuible al descenso de la cirugía coronaria durante este periodo (un 25%) debido a la utilización de técnicas coronarias terapéuticas transcatéter, que en España han tenido un crecimiento proporcional sorprendentemente alto con respecto a los cambios apreciables en otros países. En contraste con otros países, la cirugía valvular sigue siendo predominante en España. En el año 2008 la distribución por tipos de cirugía mostraba un 29% de procedimientos coronarios, un 41% de procedimientos valvulares, un 10% de procedimientos combinados y un 8% de procedimientos de la aorta. La cirugía pediátrica representó un 9% del total, sin variación durante el periodo. Los datos del año 2008 muestran un descenso de la cifra de trasplante cardíaco del 9% durante el periodo.

En conjunto, la cifra de CCV en el año 2008 fue ligeramente superior a 450 procedimientos por millón de habitantes, una cifra muy inferior a la de otros países europeos, que oscila entre 600-700 procedimientos por millón de habitantes6,7. A pesar de la estabilidad del volumen de actividad a lo largo de los últimos años, la demanda estructural ha ido creciendo por la mayor complejidad de los pacientes referidos para tratamiento quirúrgico.
A pesar de las continuas advertencias de la SECTCV en contra del aumento de servicios de CCV, el número de centros con CCV en España ha crecido mucho durante los últimos 10 años, por lo que la actividad por centro es muy reducida. Así, en el año 2008 la media de procedimientos mayores por centro fue de 371 casos. En España solamente realizan 600 casos o más en seis centros, mientras que muchos realizan 200 procedimientos por centro/año. La atomización de la actividad asistencial no favorece la calidad y es un factor importante en el crecimiento de los costes.

Debe considerarse que la cifra óptima de procedimientos mayores que realiza un servicio no tiene que ser inferior a 600 casos por centro/año, y en un centro de cirugía de cardiopatías congénitas el volumen de casos mayores no debería ser inferior a 250 casos/año. Un cirujano debe realizar un mínimo de 70 operaciones mayores/año.

Cartera de servicios

La CCV abarca el proceso preoperatorio, peroperatorio y postoperatorio en los siguientes grupos de patología:

  • Anomalías adquiridas del corazón, pericardio y grandes vasos.
  • Anomalías congénitas del corazón y grandes vasos.
  • Patología de la aorta en todos sus segmentos.
  • Patología de los troncos supraaórticos.
  • Patología de las arterias y venas.
  • Asistencia circulatoria.
  • Trasplante de corazón.
  • Trasplante de corazón y pulmón.

Técnicas utilizadas

Para realizar esta actividad es preciso poder realizar procedimientos y técnicas indispensables, que se mencionan a continuación:

  • Perfusión y técnicas de circulación extracorpórea (CEC).
  • Técnicas de parada cardiocirculatoria y perfusión cerebral.
  • Técnicas de perfusión con circuitos reducidos.
  • Técnicas de cirugía cardíaca sin CEC.
  • Técnicas de implantación valvular transcatéter.
  • Técnicas de reparación, sustitución y derivación arterial.
  • Implantación de catéteres arteriales y venosos para monitorización y para establecimiento de diálisis.
  • Asistencia mecánica mediante balón de contrapulsación.
  • Asistencia circulatoria de corta, media y larga duración.
  • Implantación de corazón artificial.
  • Técnicas de abordaje del tórax en todas sus áreas.
  • Asistencia respiratoria.
  • Implantación y retirada de marcapasos.
  • Implantación de desfibriladores.
  • Implantación de prótesis y otros dispositivos endovasculares.
  • Tromboendarterectomía pulmonar.
  • Ablación quirúrgica de la fibrilación auricular.
  • Terapia de regeneración celular.

El servicio de cirugía cardiovascular

Un servicio de CCV es una organización jerarquizada de especialistas en CCV que actúa dentro del marco de una organización hospitalaria de nivel terciario y que se ocupa de la prevención, estudio y tratamiento de las enfermedades del corazón, pericardio, grandes vasos y sistema vascular periférico, tanto en el paciente adulto como en el pediátrico (Comisión Nacional de Cirugía Cardiovascular).

En el desarrollo de su actividad, el servicio de CCV colabora estrechamente con todas las unidades del ámbito de la cardiología, unificando criterios de diagnóstico y tratamiento, optimizando la utilización de recursos y estableciendo programas de control de calidad asistencial y de mejora. Igualmente, su actividad es interdependiente con la del servicio de anestesiología, reanimación y terapéutica del dolor, la organización del bloque quirúrgico y el departamento de diagnóstico por la imagen, especialmente, angiorradiología.

El responsable de la gestión es el jefe de servicio, un especialista en CCV con amplio reconocimiento profesional y capacidad de liderazgo. Sus funciones fundamentales son:

  • Organizar a los profesionales para cubrir adecuadamente la actividad de cirugía en los diferentes entornos en los que se desarrolla.
  • Organizar los protocolos de actividad de forma consensuada con el resto de cirujanos.
  • Establecer áreas de actuación especial, nombrando a un miembro responsable en cada una.
  • Responsabilizarse de los registros de actividad, análisis de resultados y programas de calidad.
  • Garantizar la existencia de manuales de procedimientos y protocolos actualizados.
  • Organizar una gestión adecuada de los pacientes.
  • Estimular la investigación básica y clínica entre los miembros del servicio, la publicación de estudios y la asistencia a foros científicos.
  • Procurar que el programa de docencia cumpla las expectativas de la Comisión Nacional de la Especialidad.
  • Establecer la cartera de servicios de forma consensuada con la administración, defendiendo siempre los intereses de la especialidad.
  • Participar en los órganos de administración y dirección del hospital.
  • Gestionar los recursos generales del servicio.

La estructura profesional y la designación de responsables de rango inferior dependen de la capacidad de actividad y necesidades de cada centro.

La estrategia del jefe de servicio sobre la gestión de la cartera de servicios determina la actividad de todos y cada uno de los miembros de ese servicio, aunque la formación de los cirujanos es global y, en principio, todos están capacitados para desarrollar y realizar todas las actividades descritas, es decir, todos los miembros son capaces de realizar cada una de las actividades descritas en el apartado 3.3.

Esto permite a un grupo relativamente pequeño de profesionales mantener adecuadamente la actividad electiva y de urgencias en todo momento.

La CCV no tiene subespecialidades ni reconoce estrategias dirigidas a la fragmentación en áreas de actividad independizadas, aunque la cirugía de las cardiopatías congénitas, sin estar reconocida oficialmente como una subespecialidad, implica un proceso docente, de actividad y de utilización de recursos diferenciados de la cirugía del adulto. Algunas otras patologías requieren recursos especiales o pericias y conocimientos científicos particulares que favorecen el liderazgo de algunos profesionales en estos campos, sin constituir subespecialidades. Ejemplos de estas áreas de conocimiento especial son la asistencia circulatoria y el trasplante cardíaco y cardiopulmonar, la cirugía de la hipertensión pulmonar, cirugía reparadora valvular avanzada, etc. Los líderes de estas áreas deben:

  • Mantener el nivel de conocimiento adecuado en su área y proponer protocolos de actuación.
  • Participar en grupos de trabajo específicos y en registros de la SECTCV.
  • Liderar proyectos de investigación en sus áreas.

Cirugía de las cardiopatías congénitas en edad pediátrica

La cirugía de las cardiopatías congénitas en edad pediátrica cubre los objetivos específicos de la CCV en el campo de las malformaciones cardíacas congénitas8-10. Al ser un campo muy especializado de la CCV, la preparación de los especialistas es más específica, diferenciada y orientada hacia la cardiopatía congénita y a las técnicas de perfusión del paciente pediátrico, aunque comparte los fundamentos básicos de CCV y de otros profesionales (médicos, perfusionistas, anestesiólogos, enfermería). Sus cirujanos son miembros de las mismas sociedades profesionales que en la CCV de adultos. Por sus especiales características la gestión de cirugía congénita y el flujo de pacientes son en gran medida autónomos en la mayoría de centros, y son similares a la situación de la mayoría de las unidades de cardiología del ámbito pediátrico.

Existen dos modelos diferenciados de gestión de la cirugía de las cardiopatías congénitas:

  • Cirugía cardíaca gestionada dentro de un centro médico exclusivamente pediátrico. Generalmente asociada en mayor o menor grado a un servicio de CCV adulto de la misma o distinta organización. El responsable de estas unidades es un cirujano cardiovascular con preparación especial para esta cirugía y con capacidad de liderazgo en esta área. El grupo profesional debe estar formado por al menos tres cirujanos especialistas.
  • Cirugía cardíaca pediátrica gestionada dentro de un único servicio de CCV, pero con clara definición de varios cirujanos dedicados a esta actividad, y con la utilización de estructuras diferenciadas (cuidados intensivos, etc.). En este modelo, bajo la tutela del jefe de servicio, debe haber al menos dos cirujanos cardiovasculares con preparación especial en este campo, uno de los cuales debe ser nombrado responsable de la actividad del mismo.

Cirugía de las cardiopatías congénitas del adulto

La dificultad de aunar el conocimiento clínico y científico y el apoyo estructural necesario para la atención quirúrgica de este grupo de pacientes obliga a la formación de grupos de colaboración con experiencia en cirugía pediátrica y de adultos. En Europa y en España existen ya grupos de trabajo con estas características cuya actividad crecerá de forma gradual en los próximos años y cuya estructuración se irá perfilando gradualmente11.

Áreas de actuación de la cirugía cardiovascular

La CCV recibe pacientes principalmente referidos desde:

  • El área cardiológica del mismo centro.
  • Áreas de referencia natural de área.
  • Áreas cardiológicas de centros lejanos, como centro de referencia nacional.
  • Área de urgencias.
  • Otras áreas.

Consultas externas

El lógico flujo de pacientes entre las unidades de cardiología y cirugía aconseja la proximidad de las áreas de CCEE o la utilización conjunta de las mismas. Óptimamente, el proceso de evaluación general del paciente y sus diagnósticos específicos tienen que ser completos cuando es citado para visitarse por un cirujano. La información referente al paciente debe ser accesible en el despacho de la consulta externa a través de un sistema informático global del centro o una historia clínica convencional.

La decisión de proceder con una terapia quirúrgica y la selección de la misma dependen directamente del cirujano, por lo que todos los pacientes deben ser evaluados preoperatoriamente por un especialista quirúrgico. Aunque muchos pacientes referidos desde centros distantes se evalúan por el cirujano responsable tras su ingreso hospitalario, se debe estimular la evaluación ambulatoria como medida de control de calidad. Considerando que un 20% de los pacientes cardiacos se evalúan preoperatoriamente en el hospital y precisan al menos una visita ambulatoria postoperatoria, y son seguidos postoperatoriamente en otro centro, y otro 60% precisa al menos una visita preoperatoria y otra postoperatoria, se precisa disponer de un modulo de despacho de visitas y su apoyo adecuado para una actividad de 600 intervenciones mayores/ano. La actividad de cirugía vascular requiere una mayor utilización ambulatoria por paciente y deberá calcularse de acuerdo con el volumen y las características de los pacientes.

Es evidente que en el ámbito pediátrico las CCEE deben estar adaptadas al perfil de estos pacientes y de sus familias, tanto en la amplitud, decoración y servicios de estas áreas como en el personal profesional y de apoyo dedicado a ellas.

DOCUMENTACIÓN CLÍNICA PREOPERATORIA

Tras la decisión de proceder con una intervención quirúrgica, la historia clínica del paciente debe documentar:

  • Consentimiento informado específico para el procedimiento.
  • Instrucciones para actividad y toma de medicación hasta su ingreso.
  • Cita para ingreso y cirugía.
  • Cita con anestesia para evaluación preanestésica.
  • Exploraciones adicionales a realizar antes o en el momento de ingreso.
Consentimiento informado

La historia clínica del paciente sometido a una operación de CCV debe incluir un documento estandarizado de consentimiento informado específico para cada procedimiento que se realice, incluida la utilización de sangre. El documento debe estar fechado y firmado por el paciente o tutor del mismo y por un miembro del equipo quirúrgico antes del inicio del proceso anestésico correspondiente, y debe ajustarse a la normativa legal (Ley 41/2002, 14 noviembre) y a la del centro médico. El documento debe incluir, como mínimo:

  • Nombre, apellidos y documentos acreditativos del paciente.
  • Nombre y apellidos del cirujano responsable de la operación.
  • Fecha de la intervención.
  • Explicación del procedimiento en lenguaje inteligible para el paciente.
  • El riesgo de muerte de la operación.
  • El riesgo de la aparición de complicaciones de la cirugía y de sus posibles consecuencias físicas o mentales para el paciente.
  • Descripción de las posibles alternativas al procedimiento quirúrgico.

Quirófanos

Los quirófanos de CCV deben estar situados lo más cerca posible de la unidad de cuidados intensivos (UCI) postoperatorios y al mismo nivel. También es aconsejable que los quirófanos estén cerca de las áreas de hospitalización convencional de CCV y, si es posible, de las áreas de cuidados intensivos cardiológicos y de otras unidades cardiológicas. La necesaria ubicación de los quirófanos en un bloque quirúrgico unificado puede hacer difícil que puedan cumplirse todas estas condiciones.

La utilización de los quirófanos debe estar organizada con el objetivo de máxima eficiencia y coordinación de los varios grupos profesionales involucrados y una distribución coherente de los casos programados según su complejidad, la utilización de recursos especiales, la necesidad de actividad docente, etc. La actividad fuera del horario normal laboral debe estimularse con programas especiales que permitan alcanzar volúmenes de actividad óptimos.

Para realizar una actividad de 600 procedimientos cardiacos/ano (15 pacientes/semana) es preciso disponer de tres módulos diarios de quirófano dedicados. La actividad vascular debe añadirse a estos requerimientos dependiendo de la utilización de las áreas de angiorradiologia y hospital de día. Para una actividad de 150 casos mayores vasculares en el área quirúrgica se debería disponer de 0,5 módulos de quirófanos semanales.

A esta necesidad de quirófanos debe añadirse la originada por los procedimientos vasculares menores.

Los quirófanos de CCV deben ser amplios, con unas dimensiones no inferiores a 65 m2, de forma cuadrada para optimizar el uso del espacio disponible y con acceso doble de «limpio» y «sucio» con puertas correderas. El quirófano debe disponer de un área adyacente de almacén y gestión de perfusión de 20 m2, un área de prequirófano con facilidades para anestesia de 20 m2, y un área de lavado quirúrgico. Estas tres áreas pueden ser compartidas por dos quirófanos adyacentes. El quirófano debe cumplir con la normativa vigente sobre condiciones ambientales y control del clima, suministros de energía eléctrica, aislamiento eléctrico, suministro de gases anestésicos, flujo laminar, proceso de productos desechables y sistemas de seguridad.

Las dimensiones de los quirófanos son necesarias por el gran volumen de aparatos utilizados en CCV y anestesia, así como por el elevado número de personas involucradas en los procedimientos12-14. La iluminación del campo quirúrgico debe permitir el trabajo en varias zonas al mismo tiempo, y la mesa quirúrgica debe estar adaptada a técnicas de imagen. Óptimamente, el quirófano debe estar conectado por fibra óptica con otras áreas hospitalarias, para la posible participación de otros especialistas, como las áreas de ecocardiografía o angiorradiología, y disponer de varias terminales de informática conectadas a la red hospitalaria con acceso regulado para uso de los cirujanos, enfermería, anestesia y perfusión. Desde dichas terminales se debe tener acceso a toda la información clínica de los pacientes.

Documentación quirúrgica

Antes del inicio del procedimiento se debe revisar y documentar de forma colectiva por todo el equipo:

  • La identificación del paciente.
  • El diagnóstico del paciente.
  • Las posibles alergias del paciente.
  • El procedimiento quirúrgico planeado.
  • La lateralidad, si procede.

Al finalizar el procedimiento quirúrgico, el registro clínico del paciente debe mostrar los tiempos empleados en todas las fases del procedimiento, identificar a todos los profesionales involucrados en el mismo y sus responsabilidades, y documentar el recuento de material fungible y no fungible. La documentación al finalizar el procedimiento debe incluir los siguientes informes:

  • Informe quirúrgico.
  • Informe de anestesia.
  • Informe de perfusión.
  • Informe de enfermería.

El informe quirúrgico es un documento clínico y medicolegal de importancia vital, y debe ser escrito con claridad y firmado por el cirujano responsable de la operación, e incluir necesariamente:

  • Fecha de la operación.
  • Identificación del paciente.
  • Nombre y apellidos del cirujano responsable.
  • Nombre y apellidos de los cirujanos ayudantes.
  • Nombre y apellidos del anestesista responsable.
  • Nombre y apellidos y responsabilidades del resto del equipo presente en el quirófano.
  • Diagnóstico operatorio.
  • Operación realizada.
  • Descripción de los hallazgos operatorios.
  • Descripción de las incidencias de la operación.
  • Descripción técnica del procedimiento.
  • En los casos en que aplique: tiempo de CEC, tiempo de pinzamiento aórtico, parada total cardiocirculatoria, temperatura mínima sistémica, sistema de preservación miocárdica y sistema de preservación cerebral.

Personal médico en un procedimiento mayor de cirugía cardiovascular

El personal necesario para realizar un procedimiento cardiovascular debe incluir:

  • Un mínimo de dos cirujanos, ambos especialistas en CCV, que deben asumir la responsabilidad de una operación, y al menos uno de ellos debe estar físicamente presente y actuando en el procedimiento quirúrgico. Únicamente en caso excepcional de situación de urgencia puede admitirse que la responsabilidad de uno de los dos cirujanos pueda ser asumida por otro cirujano no especialista o por un médico residente en formación.
  • Al menos un especialista de anestesiología con especial interés, dedicación y preparación en CCV.
  • Al menos una enfermera de apoyo de anestesia.
  • Al menos una enfermera instrumentista con especial preparación y dedicación a CCV.
  • Al menos una enfermera circulante de apoyo con preparación en CCV.
  • Un mínimo de un especialista en perfusión cardiovascular titulado. En situación de dos procedimientos simultáneos en dos quirófanos, es recomendable disponer de tres perfusionistas, uno de los cuales actúa como profesional de apoyo.

Se evita describir todo el utillaje necesario en un quirófano por ser en gran parte estándar en todos. La relación de estructuras y sistemas específicos para un quirófano de CCV se detalla en el anexo 2-A.

Unidad de cuidados intensivos postoperatorios

En nuestro país muchos centros no disponen de cuidados intensivos diferenciados, y las unidades generales atienden a pacientes muy diversos, entre ellos los cardiológicos y postoperados cardiovasculares. La variedad de modelos de organización y gestión del postoperatorio de CCV hace difícil establecer un modelo definido, pero, en cualquier caso, el cirujano cardiovascular es el responsable médico y legal del paciente durante todo el proceso quirúrgico y debe participar directa y decisivamente en cada una de sus fases.

La estructura, organización y gestión de las unidades de cuidados intensivos están definidas en el documento del Sistema Nacional de Salud sobre estándares y recomendaciones de la UCI.

Los resultados del procedimiento quirúrgico dependen en gran medida de la calidad de los cuidados ostoperatorios. Un número cada día menor de pacientes pueden ser extubados con rapidez en el postoperatorio inmediato y pueden ser trasladados a un área de atención menos intensiva de forma precoz. Sin embargo, la singularidad y complejidad de la evolución de gran número de estos pacientes requiere la atención de un personal altamente especializado y de una estructura de apoyo diferenciada de la de otras unidades de cuidados intensivos.

De forma óptima, el postoperatorio cardíaco debe realizarse en dos fases para una utilización de recursos adecuada: cuidados intensivos propiamente dicho y cuidados intermedios, aunque muy pocos centros en España disponen de esta estructura. Estas dos áreas deben formar o bien un núcleo común, o formar dos áreas diferenciadas y próximas entre sí para facilitar la transferencia de pacientes entre ellas, la interacción de la enfermería, la actividad de los médicos asignados y la posible conversión de la asignación de parte de los boxes según las necesidades puntuales. La diferenciación entre una y otra área radica en la intensidad de atención de enfermería necesaria y permite una mayor agilización del trámite del cuidado postoperatorio. Los pacientes deben estar alojados en boxes individuales que permitan su aislamiento y que contengan el apoyo estructural adecuado. La dimensión de los espacios dedicados a cada paciente no debe ser inferior a 20 m2 y deben tener un acceso fácil para la enfermería, para la utilización potencial de los diferentes aparatos de gran dimensión utilizables, y para permitir la realización de procedimientos quirúrgicos urgentes.

La disponibilidad de camas de intensivos postoperatorios depende en gran manera de la organización y estructura de cada centro médico. El aumento gradual de la complejidad de los pacientes ha incrementado de forma considerable la estancia media en la unidad de intensivos de CCV. Se calcula que la estancia media en UCI es de 4,5 días, por lo que para una actividad de 600 pacientes/año la CCV debe disponer de un mínimo de ocho camas de cuidados intensivos. Si el servicio de CCV dispone de actividad de asistencia circulatoria, trasplante cardíaco, endarterectomía pulmonar, etc., el número de camas debe revisarse al alza. Asimismo, se debe disponer de un área de cuidados intermedios con un mínimo de seis a ocho camas. Los programas de recuperación rápida poscirugía (fast track) muy activos y eficientes pueden modular las necesidades de camas tanto en número como en su distribución entre intensivos e intermedios.

El grupo de enfermería debe estar formado por profesionales especialmente entrenados en cuidados intensivos, y a ser posible en el cuidado de pacientes cardíacos postoperados. No es aceptable su sustitución por enfermería no entrenada previamente.

Para una actividad de 600 pacientes/año, el apoyo profesional de una UCI de postoperatorios de CCV debe estar formado por el siguiente grupo de profesionales con especial preparación en esta área y dedicados a ella como prioridad:

  • Un responsable médico, que debe ser un profesional especializado adscrito al servicio de CCV, preferentemente un cirujano, o compartir esta responsabilidad con otro especialista afín, como un cardiólogo o anestesista especializados en esta área.
  • Un grupo de médicos especialistas dedicado a la unidad y que dé cobertura de forma continuada 24 h diarias. Estos profesionales deben ser cirujanos cardiovasculares, anestesistas entrenados o intensivistas con experiencia en este tipo de pacientes.
  • Un responsable de enfermería especializada con capacidad de liderazgo y gestión de una unidad de estas características, y dedicada a ella a tiempo completo.
  • Un grupo de profesionales de enfermería especialmente preparadas y dedicadas, que aporte una relación global paciente/enfermera de 1:1 en el postoperatorio inmediato, de 2:1 en el área de cuidados intensivos y una relación 4:1 en el área de cuidados intermedios.
  • Un fisioterapeuta diario a tiempo completo.
  • Al menos un sanitario para la movilización de pacientes y aparatos, y otros trabajos de apoyo logístico.
  • Un auxiliar administrativo.

La reunión informativa colectiva al inicio del día, la aplicación de protocolos de tratamiento rigurosos, el registro detallado convencional o informatizado de datos y la aplicación de programas de calidad son esenciales en la gestión de una unidad de estas características. Asimismo, la participación de profesionales de otras especialidades en el manejo de estos pacientes es necesaria.
Todo el personal involucrado debe mantener un alto nivel de comunicación con los pacientes y sus familiares, con especial atención a éstos durante los cortos periodos de visita de la unidad. Excepto en casos de urgencia, los movimientos de los pacientes hacia o desde la unidad deben ser organizados mediante una gestión de pacientes unificada.

La estructura, sistemas y aparatos necesarios para el funcionamiento de una unidad de estas características y para una actividad de 600 pacientes/año se detallan en el anexo 2-B.

El cuidado postoperatorio de los pacientes pediátricos debe realizarse en unidades especialmente dedicadas a este tipo de pacientes, tanto en lo que a personal médico y de enfermería se refiere, como a la disposición física y utillaje de la unidad. Los profesionales y los servicios de apoyo que atienden a estos pacientes deben ser altamente especializados en el área de cardiopatías congénitas, particularmente en neonatos.

Sala de hospitalización convencional

Para una actividad de 600 pacientes/año, la sala de hospitalización debe tener una capacidad mínima de 20 camas, ya sea en régimen individual como doble. Al menos cuatro de estas camas deben tener capacidad de aislamiento. La sala de hospitalización de CCV debe seguir las normativas de condiciones medioambientales y de seguridad y estructuras similares a las de otras salas de hospitalización. Es importante tener en cuenta que las dimensiones de las habitaciones deben ser suficientes para la utilización de aparatos y sistemas de gran volumen en situaciones de urgencia y que las puertas deben ser amplias para facilitar la entrada y salida de estos aparatos y de camas especializadas complejas. El área debe disponer de un área de trabajo médico con el debido soporte informático.

La sala de hospitalización debe estar lo más cercana posible de la unidad de intensivos y del bloque quirúrgico, y es indispensable que intensivos y la sala estén al mismo nivel. La estación de enfermería debe estar situada en lugar céntrico, con fácil acceso a todos los pacientes. Además de enfermería con preparación cardiológica y de cirugía, la sala de hospitalización debe contar con:

  • Responsable médico. Debe ser un especialista miembro de CCV.
  • Responsable de enfermería. Debe ser un profesional diplomado con amplia experiencia en el postoperatorio cardiovascular y con capacidad de liderazgo. Es aconsejable que haya tenido experiencia en cuidados intensivos de CCV.
  • Enfermería diplomada con preparación en cardiológica y en cirugía.
  • Fisioterapeuta, que puede ser compartido con intensivos según el volumen de actividad.
  • Sanitario para la ayuda en la movilización de los pacientes y otros soportes logísticos.
  • Un auxiliar administrativo.

A diferencia de otras salas convencionales, la sala de CCV debe contar adicionalmente con un utillaje específico que se detalla en el anexo 3-C.

Área administrativa

La actividad administrativa de CCV incluye un área para la secretaría técnica con utillaje completo y los despachos de los médicos. Tanto la secretaría como los despachos médicos deben estar conectados con las redes internas y externas de comunicación, y la documentación clínica integrada del centro debe ser fácilmente accesible. El médico debe disponer de un espacio de trabajo digno, tanto si el despacho es compartido como individual, con terminal informática individual, y el área de trabajo debe disponer de una zona de espera adecuada para las visitas. Evidentemente, se recomienda que los despachos médicos sean individuales. Es aconsejable el apoyo de un mínimo de un auxiliar administrativo por cada cuatro cirujanos.

Reuniones profesionales y salas de reuniones

Es indispensable la disponibilidad de uno o más espacios para la reunión de los miembros del servicio de CCV para la revisión de pacientes y actividades al inicio del día, y para otras reuniones administrativas o científicas. Las salas pueden ser de uso exclusivo o compartidas con otros servicios, y su tamaño y recursos dependen de sus funciones. La sala debe contar con todos los medios audiovisuales y estar conectada a la red informática interna del centro. Las reuniones imprescindibles en CCV son:

  • Reunión diaria inicial de evaluación de la actividad.
  • Reunión semanal de carácter administrativo.
  • Reunión mensual de morbimortalidad.
  • Reunión semanal de carácter científico y docente.
  • Reunión medicoquirúrgica.
  • Reunión trimestral y anual sobre calidad de la actividad.

Gestión del flujo de pacientes

El proceso de estudio, ingreso, cirugía y postoperatorio es complejo, y todas las fases deben estar perfectamente coordinadas para evitar errores y retrasos en el movimiento de los pacientes y para mayor eficiencia en la utilización de los recursos disponibles en CCV. La gestión de los pacientes debe estar bajo la responsabilidad de un gestor que recibe y organiza todas las solicitudes de procedimientos de los pacientes y actúa bajo la dirección de protocolos unificados y específicos de cada grupo de pacientes. La responsable de gestión de pacientes recibe información y solicitudes desde CCEE y durante la reunión diaria de actividad, e intenta ajustar los recursos a los programas de actividad quirúrgica a largo y corto plazo y a las variaciones que crean los ingresos y procedimientos de urgencia. La gestión de pacientes puede ser un proceso compartido con otras áreas como cardiología, cirugía torácica, etc.